
En fin, que a veces una quisiera no tener tanta memoria. Qué bien nos hubiera venido que estos valientes defensores de la PAZ, que se "arriesgan" a apoyar al que manda, se hubieran dado una vuelta por el País Vasco cada vez que había un atentado; más que nada para acompañar a las víctimas en su dolor y ayudarles con su solidaridad activa a defender la alegría.
(Rosa Díez en el Blog de Rosa Díez)
Estos son los más conspicuos firmantes -y hacedores de vídeo- del Manifiesto de las Cejas en apoyo de Zapatero ante las próximas elecciones: Concha Velasco, nacida en 1939; Juan Manuel Serrat, nacido en 1943; Víctor Manuel, en 1947; José Luis Cuerda, en 1947; Joaquín Sabina, en 1949; Pedro Almodóvar, en 1951; Ana Belén, en 1951 y Miguel Bosé, en 1956. Con la excepción de doña Concha, que sin duda se remonta a épocas pretéritas, casi todos ellos superan o rozan los sesenta años. Son, en suma, la generación del Mayo francés, la del relativismo filosófico, la de la mentecatez llevada al extremo, la del existencialismo nihilista sartriano, la generación que comenzó criticando al poder hasta que, al final, decidieron usurparlo -para poder cambiarlo, naturalmente-.
(Eulogio López en Hispanidad)
Asumir a un grupo indefinido todos los males del mundo, y nombrarlo: "los fachas" como gran entelequia, es un gran acierto de la izquierda: el conseguir que los que no son comulgantes con ellos utilicen su lenguaje es haber vencido: de ese modo, en el inconsciente queda la palabra y el concepto establecido: la democracia es la democracia socialista; y los malos siempre son "los fachas" y si a la socialdemocracia blandengue que representa Rajoy y el pp conseguimos asociar "los fachas" nos aseguramos la inexistencia de una opción de derechas, de una opción liberal, de una opción democristiana, que es lo que realmente demanda a gritos la sociedad.
(Ignacio en Este lado de la galaxia)
Hay dos sociedades entre las que hay abierta una enorme brecha: la sociedad que lee frente a la sociedad que ve. La primera se informa por la prensa y por Internet, y se forma con los libros. La segunda se informa a través de la televisión y se forma por la TV.
(Eulogio López en Hispanidad)
And what took its place? Since people could not be united by a public belief anymore and since the love of philosophy can only unite a rarefied group of eggheads, the only thing that could keep society from coming unglued was the Hobbesian compact. In other words, rationally counterbalanced selfishness. People could not agree on the questions of justification and the sacraments, but they could very well agree on their own material welfare and self-enrichment. So, in the absence of a unified belief, the universal motives of self-preservation and greed became the uniter. Sort of. The motives, of course, lead inevitably to strife. Hence, the Hobbesian compact. In other words, a good, well armed police force to make sure that every individual's struggle to realize his greed against everyone else's does not lead to bloodshed--at least. Thus, the Occident which was supposed to be the culture of Christ became instead the culture of the marketplace and the cops.
(Paul S. Rhodes en el grupo de Facebook: "Call it what it is: The Protestant Revolt")
People with large families are often asked how they manage it, and the truth is, most of the time you just get on with, because, let's face it, what's the option? You start off with one, and then they just keep turning up, and you just sort of adapt really, without noticing.
(The mother of this lot en Mother's Pride)
En el fondo, eran franceses creídos que la batalla por Francia era decisiva (,,,).
Eran jóvenes y, por tanto, impacientes. Eran nacionalistas, y eso estaba muy bien. Eran galicanos y eso no estaba tan bien.
Un grupo un tanto chauvinista que no sabía con quién se las había.
En el fondo, faltó sabiduría, prudencia y esperanza. Debieron de haber leído a Péguy con más atención.
(Jack Tollers en el Blog de Cruz y Fierro)
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