Mark Shea tiene la carta entera (en inglés) que Williamson ha enviado al Cardenal Castrillon Hoyos disculpándose por la cagada.
A mi me parece que esto es una irónica novedad en la Iglesia Católica que nos legó el Concilio Vaticano II. ¿Donde está la novedad?. Detecto al menos tres aspectos:
- La inmediata reconvención del Santo Padre.
- La inmediata reconvención de la HSSPX.
- El inmediato arrepentimiento del sujeto responsable.
La ironía está, por supuesto, en que quienes han sido propuestos como ejemplo de desobediencia sean ahora los que den, por la vía de los hechos, lecciones de obediencia al resto.
Porque claro, uno en su defectuosa memoria, no recuerda una secuencia de acontecimientos tan rápida y contundente ni siquiera cuando el Papa ha reconvenido a organizaciones de la Iglesia presumiblemente fieles(*). No hablo ya, por no aburrir, de los numerosos teólogos y teologuillos que firmemente aferrados a la ubre de la Iglesia propagan toda clase de aberraciones doctrinales y litúrgicas sin que sus superiores muevan siquiera la uña del dedo meñique del pie izquierdo.
Y el obispo Williamson es, creo, de una tipo de especimen británico con el que, por decirlo finamente, nunca me he llevado bien.
(*) Según acabo se me viene a la cabeza una excepción: cuando el Papa Juan Pablo II reconvino al Opus Dei por su falta de actividad en el campo social. Respondieron rápidamente y también por la vía de los hechos. A lo mejor algún lector puede poner más ejemplos de obediencia que serán más que bienvenidos. No interesan los de desobediencia, llenarían libros y no acabaríamos. Quiero buenas noticias.
ACTUALIZACION: Una traducción de la carta al castellano se puede leer aquí. Gracias a No a todo por llamar mi atención sobre el particular.
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