Me lo ha recordado
esta entrada de Ignacio, concretamente cuando dice aquello:
Mujeres.
- Las mujeres en España nunca han perdido el apellido al casarse; de todo lo demás que resulta ahora tan “machista” resulta que estaban igual, o mucho mejor que en el resto del mundo.
Según creo los portugueses van mucho más allá y su primer apellido es el de la madre, no el del padre. Con toda la lógica del mundo. Aunque luego me contaba un compañero portugués que habitualmente usan el apellido del padre.
En fin, el caso es que vivimos durante bastantes años en Inglaterra. Mi hermana pequeña nació allí. La pequeña de un numero largo y respetable de hermanos. Como nació en el año en que nació, mi padre en el registro civil inglés, le puso todos los nombres de una hija de Felipe II, y además se lo explicó al funcionario. Que para algo somos de
Madriz y aquí no nos tose nadie.
El caso es que todas las semanas mi madre pasaba al menos un par de veces por la consulta del GP, un "
general practicioner", medico de cabecera o lo que se llama ahora médico de familia. Dr. Hartley se llamaba. Todavía no entendemos como no le han dado el Premio Nobel. Era un fiera el tío. Nos lo curaba todo.
En fin, que al famoso doctor le dio tiempo a conocer a la familia entera bastante bien. Pero estos ingleses son como son, con su obsesión por el "privacy" y todo eso. Total, que al cabo de los años tocaba volver a la querida España. Y mis padres fueron juntos a visitar por última vez al médico y darle las gracias por lo bien que nos había cuidado.
Cuando ya salían de la consulta, el buen doctor, supongo que haciendo un esfuerzo titánico de conciencia, dijo a mis padres:
- Perdonenme, ¿podría hacerles una pregunta sobre un tema muy privado y personal?
- Claro - dijeron mis padres.
Y el otro, debatiéndose a tortas con toda su enorme inglesidad les preguntó:
- ¿Ustedes están casados, verdad?.
Mis padres no lo captaban, pero respondieron:
- Si, por supuesto. ¿Porqué nos pregunta eso?.
- Bueno, verán. Es que la señora - dijo, visiblemente aliviado y dirigiéndose a mi madre- nunca utiliza el apellido de usted - se refería a mi padre- Y claro, a mi no me cabía en la cabeza que con tantos hijos y siendo católicos no estuvieran casados.
Yo me imagino los largos debates que pudo haber sostenido el Dr. Hartley con su mujer en la intimidad del hogar, mientras veían "Eastenders" en la tele, sobre aquella extraña pareja de españoles con tantos niños y que a todas luces vivían en situación irregular.
La tranquilidad volvió a reinar sobre
the clouded hills. Estos papistas, besadores de estatuas siempre haciendo de las suyas.
Esta entrada se la dedico a mi querida hermanita pequeña que hace poco volvió a su pueblo y la echamos todos mucho de menos. Digo a su pueblo, porque ciudad, propiamente ciudad, solo es Madrid. Aunque ya se sabe que todos los que viven en Madrid son madrileños aunque hayan nacido en un pueblucho de provincias como Pelagatos de Abajo o Londres, por poner un par de ejemplos, así rápidos.