La mejor fuente para comprender la mecánica interna y psicología de las relaciones interpersonales en organizaciones empresariales no son los libros de los grandes gurús del management, o de profesores de famosas escuelas de negocios, sino las obras de Scott Adams. Scott Adams es el famoso autor de la
tira cómica "Dilbert". Pero además ha escrito varios libros fundamentales y el mejor (y posiblemente el más divertido) de ellos es
"The way of the weasel".
La palabra "weasel" en inglés quiere decir "comadreja", pero en el lenguaje coloquial se suele aplicar al "listillo", "escaqueador", "encantador de serpientes", etc... . La tesis central del libro mencionado es que la mayor parte de las acciones de los seres humanos no son ni honestas ni criminales, son simplemente "weasel". Quiere esto decir que habitualmente nos movemos en una especie de punto medio entre el santo de altar y el criminal merecedor de la horca. No somos ni muy buenos, ni muy malos. Simplemente pretendemos escaquearnos.
Una de las más reveladoras frases del libro y que resultó esencial para entender mi papel en el mundo es esa que dice que el peor enemigo de un "weasel" (listillo, escaqueador, etc...) es un paranoico. Yo soy un paranoico y la vida ha reforzado mi identidad. Las tres o cuatro ocasiones en que pensé: "ya me estoy pasando", me la colaron irremisiblemente, y me viene en particular a la cabeza cierto pagaré sin fondos entregado por un señor de mediana edad, exquisita facha e intachables modales.
Cuando digo: "Ese tío nos la va a hacer" y se me responde: "Hombre no puedes juzgar intenciones", yo contesto: "No juzgo intenciones, pero ni para mal, ni para BIEN. Simplemente me atengo a las evidencias".
Dado que
los partidos políticos son, de hecho, empresas las apreciaciones del libro son perfectamente aplicables a la vida política (y social) actual.
Todo este rollo viene a cuento de
las últimas declaraciones de Ignacio Arsuaga. Esta mañana andaba con las defensas bajas y la primera reacción ha sido de alegría al ver que el sujeto ponía juntas las siglas "PP" con la palabra maldita "abolición".
Al paranoico que hay en mi se le han pegado las sábanas, pero finalmente ha reaccionado: un pedazo de "weaselada" o "comadrejada" como la copa de un pino. Con los políticos, las "comadrejas" por excelencia, no se negocia ni se anda con paños calientes, se les atiza. No me cansaré de repetirlo: el político solo entiende un lenguaje que es el del voto, y más concretamente la falta de él. Todo lo demás es un vano intento por intentar ganar al escondite a una comadreja.
El problema en esta ocasión es todavía más terrible porque la evidencia es escandalosa por cercana y por enorme.
¿Ya no nos acordamos de la interior que le hizo Feijoo a los de Galicia Bilingüe?.¿Ya han pasado a mejor vida
las declaraciones de Cospedal diciendo que el PP no es antiabortista?. Y luego ¿que?¿nos rasgaremos las vestiduras y gritaremos "traición"?.
Dice:
Arsuaga hizo un llamamiento a los ciudadanos para que salgan "masivamente" a la calle este domingo en contra de la nueva norma, ya que si no existe "presión social" el PP "no se comprometerá en la campaña electoral a derogar esta ley y entonces no lo hará".
Otra "weaselada". Lo que hace aquí, estupendamente por cierto, es poner la "presión" en los ciudadanos, en plan: "Si no salís a la calle todo lo que ocurra será por vuestra culpa". ¿Y si probamos a cambiar el objeto de la presión y dices: "El PP se ha declarado abortista, los españoles provida no pueden votar a ese partido"?.
¿Porqué dejas que sea el partido el que meta miedo a los ciudadanos y no empujas a los ciudadanos a que metan miedo al partido?.¿No es esto más "democrático"?.